Katy Perry, hija de pastores cristianos, saltó a la fama con polémicas canciones como Ur So Gay o I Kissed A Girl, y todavía mantiene esa ambigüedad en su discurso. Mientras alimenta la provocación sexual, reivindica su fe cristiana. En 2010, cuando Lady Gaga estrenaba el vídeo de Alejandro, Katy Perry escribía en Twitter: ''Usar la blasfemia como entretenimiento es tan barato como un comediante haciendo bromas de pedos.'' Posteriormente, en una entrevista concedida a Rolling Stone, matizaba que agitar sexo y espiritualidad en el mismo frasco sólo trae cosas negativas. Vale, yo canto que besé a una chica, pero no digo que la besé mientras me masturbo con un crucifijo.
En esta entrevista ha matizado sus palabras. ''Creo que se malinterpretó mi reacción. Lo primero de todo, sigo siendo fan absoluta de Lady Gaga. Ha revolucionado la música y la cultura visual de nuestro tiempo. Y ha elevado el listón para mí y para todas las cantantes actuales. Pero no tengo que estar de acuerdo con todo lo que dice o hace. Y lo segundo, para mí, la espiritualidad es algo muy importante, no me gusta que se tome a la ligera. A veces no entiendo cómo hay artistas que juegan con esa carta, como cuando Madonna se sube a cantar a una cruz. Russell [Brand, su marido] también ha hecho bromas muy blasfemas en el pasado, pero cada vez menos, porque sabe que soy muy sensible con el tema. Se puede ser frívolo y divertido sin necesidad de incurrir en eso. Y no sé por qué pasa en concreto con la religión cristiana. Yo no veo a gente fingiendo sexo con estatuas de Buda, por ejemplo.''
Lady Gaga también es querida en el rock. El bajista de la mítica banda Nirvana y uno de los amigos más allegados a Kurt Cobain antes de su muerte, Krist Novoselic, ha tenido buenas palabras para ella en una entrevista concedida al periódico español El País.
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